viernes, abril 29, 2011

El puzzle de Proyecto Sur: Lozano y De Gennaro, los verdaderos ganadores



La confirmación de la candidatura del hombre franquicia de Proyecto Sur, Pino Solanas, generó un tembladeral puertas adentro de esa fuerza política. Es un cambio extremo que obliga a muchos replanteos, y sobre todo, a nuevos cálculos en la ingeniería electoral.

PS tiene dos alternativas de movida: mantenerse como una fuerza opcional al bipartidismo o ser furgón de cola de algún frente de dudosa –pero siempre invocada- pureza ideológica. Aunque, como se sabe, todo es un tanto más complejo de lo que se presume.

En primer término, porque tal determinación todavía no está cerrada debido a las dudas que brotan sobre potenciales aliados, como también las operaciones propias lanzadas desde el espacio para inclinar la balanza hacia uno u otro sector. En segundo lugar, es indudable que la atomización de lo que fue el Frente Cívico y Social (ARI-CC-Socialismo-UCR-GEN) colaboró al embrete general, que roza al partido de Solanas.

Ante la negativa rotunda para conformar un lugar común con los radicales como punta de lanza de un eventual “frente progresista” –y éstos a su vez, cada vez más cerca de expresiones derechosas como lo que fue UniónPRO-,
 la vela encendida a nivel nacional apunta a San Binner. El santafesino, todavía de futuro incierto, puede salir fortalecido si se impone en la interna de su “frente progresista” provincial que comparte con radicales, y es bastante probable –je- que rechace de plano algún tipo de alianza con el macrismo y De Narváez. Por ende, Pino y sus muchachos aspiran a que el mandamás de la provincia de la bota sea el candidato a presidente. En Córdoba, en tanto, la segura buena performance de Luís Juez le daría aire a la movida en el interior, ese de baja calificación.

Los enroques, sin embargo, se complejizan en la Capital. Hace un tiempo, bromeábamos que se intuía un movimiento detrás de PS en la pelea por los cargos. Pareciera que, fuera de joda, tan errados no estuvimos. Como se dijo, al bajar Pino, el gran ganador automático del espacio es Claudio Lozano, que tendrá vía libre para encabezar la lista a diputados nacionales por la CABA: se vence su mandato a fin de año y como aspirante a suceder a Macri contaba con números tan pobres como lo del Gimnasia de Cappa.

Los guarismos que el grueso de las encuestas arroja respecto a PS, medianamente coinciden en que con suerte conservarán poco más de la mitad de los votos que obtuvieron en 2009, cuando el escenario político –local y nacional- era radicalmente diferente al actual. Recordemos que aquella vez el pinismo superó con holgura los 400 mil votos. Por otro lado, el macrismo se ubica como primera minoría con alrededor del 30% mientras que el FpV duplicaría los sufragios obtenidos hace dos años. ¿Y el reparto de las bancas? Ahí es donde la cosa se pone más áspera. Quienes hoy representan a PS en el parlamento por la Capital hasta el 10 de diciembre, amén de su procedencia, son el ya mencionado Lozano y el ecologista Miguel Bonasso. Con los números que se bajaran y un kirchnerismo en alza, uno de los dos lugares corre serios riesgos. A esos casi seguros nombres se suma el de Humberto Tumini, que ya empapeló Buenos Aires a velocidad crucero. Y no habría que descartar a Graciela Ocaña, mencionada como presunta vice de Pino, pero…

Hay otro elemento imposible de obviar en esta campaña porteña y es el rol de los medios, en particular del aparato Clarín, que urgente deberá modificar sus planes si es que Macri intenta refugiarse en la CABA. El plan inicial de enaltecer a PS para esmerilar votos K, con la seguridad de que el hijo de Don Franco le disputaría el sillón de Rivadavia a Cristina, se deshizo casi en su totalidad (al menos hasta que Macri no confirme si se baja o no de la presidencial). Pino gozó con el automático favoritismo del Grupo, a punto tal que ya parecía parte del mobiliario de los estudios de la programación entera de TN. Los tiempos cambiaron y el contador Magnetto apoyará abiertamente a uno de los dos candidatos anti K con posibilidades más o menos ciertas. Si Macri, repito, decide reelegir, Solanas quedará marginado de los mimos de antaño: Clarín no va a ser tan tonto para dividir el voto opositor al Gobierno nacional en Capital, ya que una derrota a mitad de año en un bastión del gorilismo generaría un desbande opositor aún mayor.

Sin miedo a pisar la banquina, este esquema también le suma un gran interrogante a Pino ya que los ejes de trabajo con los que viene delineando agenda propia (Gioja, Barrick, trenes y petróleo) ya no son. A eso, sumémosle que, si quiere ganar la ciudad, debe mostrar un modelo alternativo al macrista en tanto críticas a la gestión como así también en propuestas superadoras. En lo mediático le resultará complicado consolidar un lugar asiduo porque tanto Clarín como aquellos vinculados al kirchnerismo harán su juego. Respecto a las plataformas, permítanme dudar que tengan una esbozada.


Otro croquis escabroso es el de Provincia, donde tampoco el marco de alianzas está esclarecido. La reaparición en la escena política de Víctor De Gennaro marca la cancha y le agrega otros condimentos al guiso. Si Margarita Stolbizer en un eventual acuerdo con Binner en Nación y Pino en Buenos Aires decide enfrentar a Daniel Scioli, también se achica la representatividad de los lugares a ocupar en Diputados. En ese caso, es casi imposible que el “Tano” no vaya como número uno. Queda entonces la gran incógnita sobre los futuros de Victoria Donda (que ingresó por el FpV en 2007) y del ex lilito Eduardo Macaluse, habida cuenta que hoy por hoy su competidor, digamos, del centroizquierda, como Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella obtendría más votos. Y no habría que dejar de lado un detalle: un sector de Libres del Sur (cercano a Jorge Ceballos) se inclinaría con retomar los contactos con la lista de adhesión kirchnerista.

De acuerdo a las jugadas que Solanas y su gente han efectuado este último año y medio, la orfandad de liderazgos, la voracidad por el drugstore legislativo que cotiza en bolsa y la nula construcción política auténtica, daría la impresión que si director cinematográfico no accediera nuevamente a una banca nacional, Proyecto Sur así como está, pasará a ser un mero recuerdo. ¿Qué surgirá luego? Difícil saberlo, aunque Lozano y De Gennaro creo que tienen algunas aproximaciones.

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