jueves, mayo 24, 2012

COLOMBIA: OTRO TLC CON EEUU EN LA REGIÓN

Pasaron poco más de siete días desde que Colombia finalmente formalizó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los EEUU, tras varios años de idas y venidas. Lo que se dice una noticia de alto impacto geopolítico, de las más trascendentes de los últimos tiempos. 
El 15 de mayo, a modo de puntapié inicial, Colombia envió un embarque de 4200 cajas de flores a los EEUU; como contrapartida, una regia (?) Harley Davison pisó tierra cafetera. Estimados, saquen sus propias conclusiones.
























Me llamó mucho la atención el poco lugar que le dio la gran prensa argentina al asunto, y más aún, la omisión en bloguerías ideológicamente variopintas. Sin embargo, esto ya trae cola. En Colombia, la principal preocupación consiste en la preocupación del campesinado y la producción agrícola por verse en inferioridad de condiciones respecto a sus pares del norte, dato que nos suena bastante evidente a la distancia. 
Un aporte interesante desde adentro lo da el periodista especializado en economía, Eduardo Sarmientoen esta nota de El Espectador :


El TLC no es otra cosa que la profundización de la apertura, agravada por la pésima negociación del acuerdo. La reforma arancelaria es totalmente asimétrica; la mayor reducción se da en el país de menor desarrollo, que requiere más de la protección. Colombia baja los aranceles de 13% a 0 y Estados Unidos de 3% a 0. El sumo se da en la agricultura. Mientras Colombia abandona la protección de los aranceles, Estados Unidos mantiene los subsidios. El régimen de patentes es mucho más estricto que el existente a nivel internacional. El país renuncia a los mecanismos de control de capitales y regulación cambiaria. Todo esto constituirá una severa limitación para la agricultura de cereales, la diversificación industrial, el aprendizaje en el oficio y la estabilidad de la balanza de pagos.
(...) La aprobación del TLC se inició cuando las teorías de comercio internacional estaban en todo su furor y la aprobación se da cuando están totalmente desprestigiadas. Todas las evidencias señalan que el libre comercio envilece los salarios y amplía las brechas entre trabajadores calificados y no calificados, propicia desbalances financieros entre los países y regiones y torna más frecuentes las recesiones y las crisis cambiarias. En la forma como está concebido, el Tratado le significará a Colombia el alejamiento de la industrialización, la agricultura temperada y al avance tecnológico. El país mantiene la estructura subalterna de mediados del siglo XX, dominada por la minería y los servicios, que redundará en crecimiento modesto, empleo inadecuado y deterioro de la distribución del ingreso.

Hay un párrafo donde particularmente me quiero detener porque, creo, apunta al nudo de la cuestión con gran simpleza:

Los TLC con Estados Unidos representan una interferencia con la integración latinoamericana orientada a ampliar los mercados internos y propiciar la industrialización. Los países quedan en condiciones de triangular el intercambio comercial, adquiriendo las importaciones en Estados Unidos y colocándolas a mayores precios en la región. Se convierten en facilitadores de las importaciones y las multinacionales en contra del valor agregado y el empleo nacional.
Repasemos este punto: el Pacífico sudamericano, a excepción del Ecuador, afianzó sus lazos comerciales con los EEUU, mientras que Uruguay y Paraguay ya lo intentaron (aunque sus lobbystas están bien activos). O sea, no sólo que el proyecto norteamericano para asentarse en la región está más vivo que nunca sino que ha adoptado otras estrategias: frustrado el ALCA en tanto bloque, nada más tentador que el reverdecer de las "bilaterales". 
Donde la noticia encendió luces de alarma es en Ecuador (como se dijo, quedó solitario en toda la franja que da al Pacífico) y Venezuela, quienes por estos les rezan a todos los santos para que el petróleo se mantenga por encima de los 100 dólares por barril. Para colmo, la salud de Chávez es una incógnita de cara a los comicios presidenciales del 7 de octubre: no es casual que tanto los grandes diarios como los representantes del poder económico financiero de la región operen con tanta virulencia en contra del mandatario venezolano. Más aún: no es difícil imaginar una Venezuela deschavizada con un TLC bajo el brazo y las consecuencias que esto podría tener para Ecuador y también Bolivia. 
Independientemente de la hipótesis o del juego imaginario respecto a qué-podría-pasar-sí..., me queda latente la pregunta sobre el futuro del Mercosur en relación a esta avanzada estadounidense en la región. El desafío asoma interesante.


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